Ir al contenido principal

Nueve.

Tomando distancia de un amor prófugo de realidad con demasiada presión psicológica.
No pude más, disculpa.
Te necesité por un momento, y estuviste allí.
Diste el abrigo que mi cuerpo exigía.
Y como siempre dije, ningún beso como los tuyos... Ninguno.
Sólo tú podías volverme chica con tan sólo estar frente a mi con tu dolor reflejado en tus ojos.
Lo sentía. Sentí tu dolor, y me desgarró.
Tú sentiste mi dolor, y al segundo mi ausencia.
Estuve más ausente que lo que jamás estuve realmente.

¿Cuánto tiempo ha pasado?
Disculpa, pero no puedo decir mucho.
No pretendía no sentir suficiente.
No pretendía perderlo todo de esa manera.
No pretendía dejarte así.
Pero como ves, y nunca quisiste notar, soy egoísta compulsiva.
Hago las cosas sin pensar, y cuando no, es porque pienso demasiado y lo dejo para luego...
para cuando se me olvide y lo recuerde con más intensidad, más furia y más atrevimiento
tal cual pasó el rompimiento.

¿Cuánto tiempo ha pasado?
Necesitabas estar por encima de mi; y realmente espero que lo estés.
No te deseo más que fotuna; y podría jurar que tú no me deseas más que ruinas
pero no
no respondas...
Sea o no eso cierto, tienes todo el derecho de hacerlo; y si no, pues tienes el permiso de no hacerlo.
Lo digo con gran tranquilidad porque desde el día en el cual acepté estar junto a ti, para luego no estarlo - No es que lo haya planeado así, pues sí sabía, pero no sabía que tan corto sería el plazo- supe que -posiblemente- en ti naciera un sentimiento de rencor hacia mi.

Perdón, pero no me necesitabas.
No me necesitas.
Y yo ya te he olvidado.
Aunque no lo entiendas, te pienso, pero te he olvidado.

Eso sí, quiero dejar algo muy claro...
Ninguna palabra fue dicha sin significado.
Te aseguro que en el instante que dije que me dolías... De verdad lo hacías.
Y en el segundo en el cual te dije que te quería... Lo sentí tal cual.
No sé en qué grado
 no sé de qué manera
 no sé por cuánto tiempo
pero sí te aseguro que fue sentida desde muy dentro.

No me excuso; sólo me queda decir: Feliz nueve.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Play.

¿A qué juegas? Pajaros vuelan por mi ventana y sólo conjuran mi muerte. ¿Los pueden oír cantar? Me estoy envenenando entre cada carcajada, y mis lágrimas se acumulan en la comisura medial. No puedo ver. ¿Me guías? ¿A qué juegas? Vida... ¿A qué juegas? Tómame por la cintura y bailemos a la melodía del infierno... lento, despacio. Navega mi piel y limpia todos mis pecados. ¿Podrías tomar mi mano y tallar mi muñeca con tu sangre? Puedes quemarme. Ahora, ¿Sabes a qué juego? ¿Me conoces? Juguemos a que cada quien jugará algo distinto, pero al mismo tiempo. Muérdeme, y te quemo. Tállame y te acaricio. Limpia mi piel, pero no me salves. Yo limpiaré tus venas, pero contaminaré tu alma. Es una advertencia. Me gusta hacerles saber a mis víctimas lo que se les viene; sobre todo porque jamás me creen, hasta que lo sienten. ¿A qué juegas? Navega mi piel y limpia todos mis pecados. Puedes quemarme. Yo limpiaré tus venas, pero contaminaré tu alma.

"Lo que pasa con el alma es que no se ve"

 Tengo un sueño/pesadilla bastante recurrente... Él está allí, sé que está allí, compartiendo con toda mi familia. Yo, casi al llegar, casi sin pensarlo, comienzo a gritar: "¿Qué hace él aquí? ¡¿Qué demonios hace él aquí?! ¡SON TODOS COMPLICES! ¡QUE SE VAYA, QUIERO QUE SE VAYA! ¡QUE SE VAYA, MALDITA SEA, QUÉ LES PASA?!" Luego de la escena, todos se me quedan mirando y yo quedo totalmente avergonzada... "He hecho un escándalo"  Pienso en el sueño "Quizás no era para tanto..."  Entonces se me acerca, él, con cuidado, como si yo fuese una niña que hizo un berrinche, me sonríe.  Entonces vuelve todo este odio hacia mí, todo mi cuerpo está disgustado con su presencia le intento hacer daño, o eso ocurre en mi mente, pero la verdad es que no me puedo mover... Está muy cerca de mí y yo tengo mil cosas en mi mano: Una botella partida, un revolver, un cuchillo, un tenedor, un martillo. En una ocasión incluso un hacha... todo esto en mi mente. Y le he intentado dar u...

Mi bestia, anónima.

Desde lo alto del cielo, y desde lo alto de ti... ¿Qué cae más lento, una gota de lluvia, o tu lamento? No contestes, te tengo miedo. Criatura anónima, te vistes tal cual te conviene y nadie te ve, y nadie te siente. Hasta que, claro, confían en ti, y entonces, hundes lo que no te gusta. Por eso me piensas hundir ¿Cierto? Es que ya te siento, es que ya te escucho, yo sí te escucho, yo sí.... Yo te adivino. Te escuchas vacilante, ¿Es que acaso me temes porque ya sé que eres tú? Ten calma, ven a destruirme, aún no sé tu nombre. Mi soledad se basa en perder tiempo importante, sólo para... Decir que he vivido. ¿Se entiende? No ¿Verdad? La cuestión está en prendernos fuego para sentir. ¿Ahora sí? Bueno, y sigo... Mi bestia no ha sido liberada, o no por completo. Digamos que es tan inmensa que sale por partes, y no a juntarse precisamente. Mientras una parte está fuera, otras a dentro, y así. Jamás varias juntas, jamás dejaría que eso sucediese. Pobre de quienes estén a mi alreded...