Voy colocando mis opciones por escalas, pero cada una lleva un peso diferente.
70 gramos de oro y 120 de plata.
Mi mente es un trapecio y las opciones son puntos que rebotan de un lado a otro.
¿Qué sucede?
Ya todo esto de la psicosis ya había pasado.
¿Qué hice para volver?
¿Qué, acaso verle me hace empeorar?
Ahora lo escucho entre algún maullido, entre el cerrojo de la puerta, entre los pasos de las personas, entre el sonido de los grillos en la noche, entre el silencio que consume la madrugada. Ahora le escucho a menudo.
¿Que si le veo? Pocas veces. Sólo cuando me acuesto, le veo a mi lado. Juraría, incluso, que siento cómo acaricia mi cabello mientras descanso.
Pero no, no está, no hay nadie.
Esto se me pasará pronto, estoy segura.
-Estoy aterrada-
¿Qué hice para volver?
Mi mente es un trapecio, y los recuerdos más las posibilidades son puntos que rebotan de un lado a otro.
70 gramos de oro y 120 de plata.
Mi mente es un trapecio y las opciones son puntos que rebotan de un lado a otro.
¿Qué sucede?
Ya todo esto de la psicosis ya había pasado.
¿Qué hice para volver?
¿Qué, acaso verle me hace empeorar?
Ahora lo escucho entre algún maullido, entre el cerrojo de la puerta, entre los pasos de las personas, entre el sonido de los grillos en la noche, entre el silencio que consume la madrugada. Ahora le escucho a menudo.
¿Que si le veo? Pocas veces. Sólo cuando me acuesto, le veo a mi lado. Juraría, incluso, que siento cómo acaricia mi cabello mientras descanso.
Pero no, no está, no hay nadie.
Esto se me pasará pronto, estoy segura.
-Estoy aterrada-
¿Qué hice para volver?
Mi mente es un trapecio, y los recuerdos más las posibilidades son puntos que rebotan de un lado a otro.
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