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Mostrando entradas de enero, 2014

Autopsicografía

El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que llega a fingir que es dolor el dolor que de veras siente. Y los que leen lo que escribe, en el dolor leído sienten bien, no los dos que él tuvo mas sólo el que ellos no tienen. Y así en los raíles gira, entreteniendo la razón, ese tren de cuerda que se llama el corazón. - Fernando Pessoa

Voracidad. El amor en el egoísta.

¿Te digo cómo y/o de qué  mereces morir? Bien, inicio, deberías iniciar con sufrir de ansiedad, de esperar algo bueno, de inquietarte acerca de lo que pueda pasar. Luego, deberías ir empeorando con la presencia de virus en tu cabeza, algo que va y viene sin aviso, y reinicia tu mente cuantas veces le plazca, sin tu consentimiento. Entonces agonizas por falta de conciencia, de cordura, y te sientes débil al no poder distraerte en algo más que en la enfermedad. Deberías morir de mi, me encantaría ser tu enfermedad, la única cura sería estar conmigo. Me encantaría curarte y mantenerte a salvo de ti, aunque no podría salvarte de mi, lo lamento. Ahora, quisiera preguntarte, ¿Quieres morir? Tengo como revivirte, ¿o quieres seguir sano y salvo?

Sólo digo, yo sólo digo.

Entonces, tienen miedo a recordar.  Quiero entender, quisiera entender... ¿Tienen miedo a recordar, o a odiarse al hacerlo, o a odiar al hacerlo?  Deberían pensar bien, muy bien.  Entonces, ¿Tienen miedo a recordar, o a volver a sentir lo que el recuerdo trae consigo? No se engañen, no a ustedes. Saben que si recuerdan y sienten, es que eso aún no es pasado. Entonces lo que temen es recordar que lo que llevan dentro no es un simple recuerdo, es a ustedes temiendo no poder avanzar, quedándose allí. Lamentando todo lo ocurrido.  Yo quisiera entender porque, no puedo ser como ustedes, ni pensar así. De hecho odiaría pensar así. Quizás porque adoro ser una desdichada, una vez que el dolor se repite tantas veces, aprendes a adorarlo, e invitarle una taza de café, y luego a dormir contigo. Yo ya tengo mi vida con la desdicha, mi desdicha. Entonces, ¿Y ustedes?  No digo que sean así, me refiero a que, deberían tocar fondo para que sepan de dónde les toca salir.  Sólo

Por culpa de su pasado.

Ella tenía miedo de su futuro, y sin embargo, se ha lanzado a la calle.. Ella tiene un pasado, y lo odia. Lo odia, a su pasado, y a él, quién solía ser, la insultaba, le quitaba fuerzas. Ella tenía miedo, y él no le permitía ser, por esos cuentos de la sociedad, y tal, y cual. ¿No es triste que ella y él sean así? Ella ha pasado por un desorden moral, y ya no le queda nada. Ella finge estar bien, e intenta ser como puede. Ella no quiere recordar a ese ser amargado, él ahora es parte de su pasado. La historia es la siguiente... Él fingía estar conforme con su ser, e insultaba la idea de ella, solía pasear por su cabeza cada noche. Hubo un tiempo donde, incluso, él veía a las de su especie y las golpeaba, las golpeaba con tanta fuerza, una fuerza imprevista, fuerza bruta, fuerza del miedo a perderse, a perder la cordura, aunque ésta ya estaba perdida, miedo a que ella saliese a la luz. Si me preguntan, las golpeaba por enojo a verlas y pensar en lo que podría llegar a ser ella.

Primero calma, luego luz.

Escuchemos... Estamos caminando, huele a humedad, se puede sentir la brisa, e incluso escuchar las olas golpear contra las rocas. No es una playa, es algo parecido. ¿Estamos descalzos? Bien, porque es indispensable estarlo y sentir el frío del suelo, es arena, son rocas, la arena y sus minerales, ya saben... Bien, entonces sigamos caminando... ¡Oh! Esperen, me quiero sentar, es que en ésta parte, el agua se aprecia perfectamente, estamos en algo así como una vertiente. Es de unos 15 metros. Pero no se siente el vértigo, pueden creerme, sólo vean el paisaje, agua a nuestro horizonte, árboles a nuestro costado. Al mirar hacia abajo, al parecer no hay rocas, se ve provocativo, saltaría, pero no creo que a ustedes les guste saltar, así que no lo haré ¿Vale? Bien, a levantarse, seguimos, vamos en bajada, ahora sí se ve una orilla, es mar, y es limpia, ¿Sorprendente, no? Vamos, sintamos la orilla... Lean despacio, sientan el sosiego que se siente ir de paseo... Oh, que preciosura, vea

Sigo y sigo

Sueño tras sueño Abanicada de terror ante las posibilidades de quedar en intento fallido Mi vida ha de estar realmente confundida, y me sorprende que haya podido llevar el morral de esperanza. Llevo cavando la tumba de mi ser desde hace mucho. No sé cuándo me rendiré, pero estoy preparada para cuando suceda. Por ahora, estoy avanzando, ya tengo una visión clara, y me encanta la vista desde aquí, lo que recorreré Todo me da pavor y una sensación escalofriante de alegría. Tengo calma en mi interior, y créanme, llevo tiempo sin sentir algo parecido. Es un sosiego algo peculiar, repleto de miedo. Es así Sueño tras sueño, voy recordando lo que quiero, lo visualizo y voy en busca de ello Abanicada de terror ante las posibilidades de quedar en intento fallido... Sigo, y sigo. Si caigo, en mi tumba lo que colocaré serán las ganas de rendirme, y me iré lejos. Hacia otra dirección con el mismo objetivo. Sueño tras sueño. Sueño es lo que sobra, los sueños son más que esperanza .
¡Golpeadme! ¡Golpeadme! Si he de seguir aquí al menos he de luchar, y no me queda más que hacerlo por mi. ¡Que perdida de tiempo aquellos abrazos! Aquellos deseos inútiles, inocentes. Inocentes como quien los pensó, como quien los pidió con ansias. Me he ido, y espero estar ausente de mí hasta mi próxima sonrisa, hasta mi próximo grito debajo de esas cortinas transparentes que desfiguran la realidad que conservan delante de sí. Yo ya no la quiero. He de querer desaparecer, ya todo ha caído y siento que todo éste episodio ha sido demasiado crudo para asimilarlo así por sí. Mis lágrimas son más saladas de lo normal, mis lágrimas son de desprecio y decepción ante una vida ya amorfa. Mi alma ha pensado dejar su recipiente en paz, pero le da miedo qué será de éste luego de eso. Esa neutralidad que antes creaba yo para mi antojo, ahora me ha tomado de sorpresa y quiere tomar dominio. Mis células nerviosas ya deben estar quemadas, mareadas, ha de estar mi tejido nervioso vuelto mierda.

El Soliloquio de Sam: Debes entender a los poetas

El Soliloquio de Sam: Debes entender a los poetas : Debes entender que los poetas somos un manojo de dolor y caos, un cumulo de frustración y vida dolida de almas que se dieron cuenta que vagan en el sin sentido, contaminando de nuestra incomprensión a papeles inocentes en blanco, que se nos va la vida escribiendo, y no dejamos más huella que nuestro trazo Debes entender que los poetas somos egoístas, que cuando amamos no somos ciegos, si no que vamos cegados, y amamos aunque no quieran ser amadas, y las protegemos aunque quieran estar solas Debes entender que los poetas nacemos muertos, que nos perdemos y encontramos tantas veces que olvidamos quienes somos, que somos una máquina de dolor auto-infligido, y que si te acercas mucho podría cortarte. Debes entender que los poetas nos equivocamos tanto que siempre terminamos mintiendo, y que hay una realidad en cada mentira, que podemos subir al cielo con alas dibujadas y caer en un invernadero bloqueado del orden de allá afuera
Y entonces me encuentro aquí y allá. ¿Escuchas el sonar del agua sobre las piedras? Es hermoso, es una vista, una energía, es la naturaleza frente a tus pupilas, es una imagen nítida de la perfección  en una realidad poco conocida. Llegas, y escuchas el sonar de las cascadas, tocas el suelo descalzo, y es frío, pero un frío como para soportarlo. Hueles a bonanza, y tus pulmones se sienten puros, y tu alma está en calma. Nada que pensar, al menos no cuando estás sumergida, allí todo tu cuerpo se siente ligero, aunque queriendo ser pesado para mantenerse en las profundidades. Mira las burbujas que emergen de tu boca al gritar, hablar, o al soltar ese aire contenido en tu pecho. Quieres permanecer bajo esa tranquilidad por todo lo que te resta de vida, aunque no sea mucho, vale la pena, sí que lo vale. Y si tus pensamientos te invaden, hay una cortina mágica, casi trasparente que deforma la realidad y hace que sólo escuches lo que dice ella. Son las cascadas, ellas te esperan tras su