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Mostrando entradas de diciembre, 2014

A solas [Fragmento]

Amor arrepentido, ave que quieres regresar al nido al través de la escarcha y las neblinas; amor que vienes aterido y yerto, ¡donde fuiste feliz... ya todo ha muerto! ¡No vuelvas... Todo lo hallarás en ruinas! Ismael Enrique Arciniegas 

Ella y sus almas.

Te invito a ver mis almas... Así es, poseo varias. Está la de 4 años que adora a su hermano, que no tiene conciencia acerca de su alrededor, y sólo se preocupa en darle un abrazo a su mami y sonreír. Está la de 6 años, ella posee a las mejores amigas del mundo, y se preocupa en mantenerlas cerca, darle un abrazo a su mami, y sonreír. Está la de 8 años. Ella está enamorada, y posee a las mejores amigas del mundo. Sólo se preocupa por pensar en un chico, mantener cerca a sus amigas, darle un abrazo y ayudar a su mami, hacer sonreír a la familia, y sonreír. Está la de 10 años... Ella tenía a las mejores amigas del mundo cerca de ella, ella tenía a la mejor familia de el mundo cerca de ella, ella tenía a sus padres cerca de ella, ella adoraba el lugar donde estaba, adoraba esa perfección. Está la de 12 años... Ella odia a su alrededor, y finge felicidad, pero le encanta tener amigas temporales. Está la de 14 años... Ella odia a su alrededor, y finge felicidad, pero le encanta alard

Devastación psicológica.

En esos pequeños grandes momentos donde la cordura me abandona... Es la paranoia que se asoma y me vuelve un cataclismo precioso. Entonces allí estoy, echa cenizas  con mis labios más que rojos y las mejillas más que húmedas ojos de drogata, y alma de vagabunda desolada con el maquillaje echo un desastre esa es la tristeza ¿Alguien puede terminar con todo ésto? Yo he intentado y no he podido. éste alcohol tan dulce terminará conmigo por el día de hoy. ¿Dónde están cuando se les necesita? Lejos, ese es el problema mi subconsciente deja escapar a mis fantasmas y se esconde bajo la alfombra justo cuando todos mis ángeles duermen. Ahora la inestabilidad la debo controlar a solas. Es la paranoia que se asoma y me susurra que me ahogaré; que pronto me ahogaré y nadie estará allí para sacarme de la presión que no está. Pero estoy, y me encuentro en el suelo. ¿Quién me empujó? Mis manos están temblando, ¿Están ausentes? ¿Quién está ausente? ¿Estoy ausente? Me duele la cabez

Un poquito más.

Hoy me odio un poquito más que todos los días Me siento asqueada de mí misma. ¿Cuándo acabaré de hacer desastre? Estás hecha añicos mentalmente, querido ángel. ¿Qué piensas hacer? ¿Nada? Nunca haces nada. Si tanto sabes huir, deberías huirle al desorden, al desastre. Tanta catástrofe te está pudriendo de errores que son inútiles para tu salud mental  y, sin embargo te sueles alimentar con eso a diario. Para ti es tan divertido que te estremeces, luego, te desesperas, y a la final no encuentras de qué manera sonreír sin que titubee tu boca, y toda tu expresión facial. Tu mente te la juega, cariño... -Hoy me odio un poquito más que todos los días -Estás hecha añicos mentalmente, querido ángel. ¿Qué piensas hacer? ¿Nada? Nunca haces nada. Si tanto sabes huir, deberías huirle al desorden, al desastre.

S.O.S

Voy colocando mis opciones por escalas, pero cada una lleva un peso diferente. 70 gramos de oro y 120 de plata. Mi mente es un trapecio y las opciones son puntos que rebotan de un lado a otro. ¿Qué sucede? Ya todo esto de la psicosis ya había pasado. ¿Qué hice para volver? ¿Qué, acaso verle me hace empeorar? Ahora lo escucho entre algún maullido, entre el cerrojo de la puerta, entre los pasos de las personas, entre el sonido de los grillos en la noche, entre el silencio que consume la madrugada. Ahora le escucho a menudo. ¿Que si le veo? Pocas veces. Sólo cuando me acuesto, le veo a mi lado. Juraría, incluso, que siento cómo acaricia mi cabello mientras descanso. Pero no, no está, no hay nadie. Esto se me pasará pronto, estoy segura. -Estoy aterrada- ¿Qué hice para volver? Mi mente es un trapecio, y los recuerdos más las posibilidades son puntos que rebotan de un lado a otro.

Tengo tanto nada que vivir.

La felicidad está tal cual mi piel: Pálida. Mi mente al igual que mi mirada: Nublada. Mi vida al igual que mis pulmones: Ahogados. ¿Se supone que deba hacer como si nada mientras lastimo? Lo lamento, pero debo lamentarlo, ya que no hacerlo me crea más versiones de mi que no estoy preparada para aceptar. No es mi culpa que me vean como un arrullo seguro, como un hogar cálido, es cierto, pero, si los hago entrar con la mirada es mi culpa, aunque no sea lo que les quiero decir, al mirarles es mi culpa. Me culpo por todo el daño que poseen los de mi alrededor. Dicen una y otra vez, en todas partes, que las personas cambian y huyen cuando son lastimados. Pero jamás han dicho que, a veces, muy ocasionalmente, también sucede lo mismo cuando uno es quien lastima. Tengo tanto nada que vivir, que ya me fatiga incluso escribir, pero es lo que me queda, así que sólo toca escribir hasta que no tenga con qué escribir, teclear, pensar, recordar, con qué hablar, con qué murmurar. No seré ca

Una señal clara.

Vengo esperando alguna señal clara, y cuando la encuentro, por fin, sucede que nada sucede como debía suceder, como tenía imaginado que sucediera. Mi nombre es Mariangel y él es Miguel. - Saluda Miguel - Qué tal (?) - Bien, ésta es mi historia... Nuestra historia. Despierto, y tengo la sensación de que hoy será el día. Ansío que sientas ganas de verme. Transcurre el día, y por fin te veo. ¿Cómo saludarte? ¿Cómo mirarte? ¿De qué manera hablarte? Te cuento mi día, y hago que me cuentes el tuyo, y te saco algunos detalles más acerca de ti. Bien, - ¿Adivina? ¡El viaje va! ¿Vienes - ¿Vamos ya? - ¡Claro que ya! Es mejor que demos prisa. Llegamos a casa, y mis padres nos llevan al lugar. ¡Javier, Ana, Andrés, Joseph, Aramís, Itzel, Chui, Ronald! Mis quebines, ¿Qué onda con las carpas? ¿Quieren cenar? Os trajimos un regalo. Mientras, mis padres andan en busca de alguna casa en alquiler por los alrededores de donde estamos. Miguel saca el dulce, y yo la yerba, ¿Quién quier

Todo esto es más constante que yo.

Mi mente está en hiperactividad con esos crudos y repetitivos pensamientos de ti de alguna posibilidad de ti. Voy en desgaste ¿Cuánto me queda de deseo? ¿Dentro de cuánto desaparecerás de mi? Me consume una incertidumbre con demasiadas variables, tus pensamientos. Entre cada sorbo de café van dos pestañeos, y mis manos apenas pueden teclear. Inhalo, y me sabe amargo el oxígeno, al instante suspiro, y de mi boca salen nubes grises. Mi piel ahora se yergue por frío, vacío, ansiedad, y rebeldía. rebeldía por no querer estar como estoy, sin embargo, todo esto es más constante que yo.
Voy jugando a olvidarte  pero no sé si voy ganando o voy perdiendo. Voy jugando a olvidarte pero realmente no sé si estás jugando conmigo. Voy jugando voy perdiendo y te pierdo. No estabas jugando conmigo, y ganaste.

Can u feel me?

Puedo sentir tu huida una y otra vez en mi hogar ¿Puedes sentir cómo se va mi piel? ¿Puedes sentir cómo se me eriza la piel y va desapareciendo de a poco? Puedo sentir tu odio y rencor. Puedo sentir tu olvido desde mis recuerdos Puedo sentir cómo tus labios ya no ven a los míos Puedo sentir cómo tu mirada me elimina de tu retina al instante en el cual ve siquiera mi silueta. ¿Me perdonas? ¿Me olvidas? ¿Me resientes? ¿Me vengas? ¿Me sientes? ¿Sientes mi dolor? ¿Sientes mi crisis mental cuando estás a mi alrededor? ¿Sientes mi temblar? ¿Sientes cómo finjo estar equilibrada? ¿Cómo es que no logras notar tanta inestabilidad? ¿Cómo es que no corres a mi? ¿Cómo es que te tardas tanto en rescatarme? ¿Cómo es que aún no has invadido mi silencio e indiferencia para besarme de sorpresa? Puedo sentir tu huida una y otra vez en mi hogar ¿Puedes sentir cómo se va mi piel? ¿Puedes sentir cómo se me eriza la piel y va desapareciendo de a poco? Puedo sentir tu odio y rencor.