Podría decidir no luchar, pero la verdad es que no estoy luchando con nadie, más que conmigo misma
Lo cierto es que quiero estar cerca de algo que no está a menos de cien mil años luz de distancia
Quiero conocer, conocerte y decepcionarme, Amoldearnos.
Que pateemos todos los miedos, hacerlos chicos, y disfrazarlos de perfección.
Haremos que nuestros errores y defectos salten de nueve mil escalones y se revuelquen por el pavimento, que se sientan adoloridos porque ya los superamos y porque allí se tendrán que quedar tirados...
Quiero saber si eres lo que imagine, y si no, pues imaginarte de la manera que eres y luego volver a verte y volver a conocerte. Así entonces, aceptarte como eres, como sos. ¿Cómo sos? Me pregunto.
¿Qué tanto te tendré que esperar? Me pregunto
Pues por ahora estoy yendo hacia ti... Y aunque no me veas, espero que lo hagas, algún día. Tengo esperanzas, desgastada, pero aún la poseo.
Juego a ser invisible, juego a tener una capa de invisibilidad, pero no la poseo, y sé que me notan, pero justo quienes fingen ver. Yo quiero que me note un ciego, ese que sabe ver pero no abre siquiera los ojos... Te disfrazas de ciego, bien, te quitaré ese complejo.
Encuentro la vida una trampa. Una trampa para luchar por eso que jamás alcanzarás. Sólo para que te vean luchando, y luchando, y así hasta que te desgastes.
Quisiera saber luchar, pero no sé cómo siquiera iniciar una conversación de batalla. Será la batalla de la esperanza, patético, lo sé.
No, no creas que estoy diciendo que no estoy luchando, sólo digo que no sé cómo. Por ahora sólo estoy improvisando...
Lo cierto es que quiero estar cerca de algo que no está a menos de cien mil años luz de distancia
Quiero conocer, conocerte y decepcionarme, Amoldearnos.
Que pateemos todos los miedos, hacerlos chicos, y disfrazarlos de perfección.
Haremos que nuestros errores y defectos salten de nueve mil escalones y se revuelquen por el pavimento, que se sientan adoloridos porque ya los superamos y porque allí se tendrán que quedar tirados...
Quiero saber si eres lo que imagine, y si no, pues imaginarte de la manera que eres y luego volver a verte y volver a conocerte. Así entonces, aceptarte como eres, como sos. ¿Cómo sos? Me pregunto.
¿Qué tanto te tendré que esperar? Me pregunto
Pues por ahora estoy yendo hacia ti... Y aunque no me veas, espero que lo hagas, algún día. Tengo esperanzas, desgastada, pero aún la poseo.
Juego a ser invisible, juego a tener una capa de invisibilidad, pero no la poseo, y sé que me notan, pero justo quienes fingen ver. Yo quiero que me note un ciego, ese que sabe ver pero no abre siquiera los ojos... Te disfrazas de ciego, bien, te quitaré ese complejo.
Encuentro la vida una trampa. Una trampa para luchar por eso que jamás alcanzarás. Sólo para que te vean luchando, y luchando, y así hasta que te desgastes.
Quisiera saber luchar, pero no sé cómo siquiera iniciar una conversación de batalla. Será la batalla de la esperanza, patético, lo sé.
No, no creas que estoy diciendo que no estoy luchando, sólo digo que no sé cómo. Por ahora sólo estoy improvisando...
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