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Cuento no deseado.

Mi madre no ha parado de gritar.
Yo he estado en mi cuarto todo el día tratando de terminar el maldito rompecabezas de 3.000 piezas, pero no puedo, no logro concentrarme. Además, la imagen que se va formando en el juego no me está gustando demasiado, de hecho, me produce escalofríos; es como una casa del árbol, muy hermosa debo admitir, pero qué les digo... 
Los árboles -ahora- me trancan la respiración...
Aunque, supongo que no como a mi hermano.

¡Carajo! ¿Pero por qué demonios tuvo que elegir mi árbol favorito para morir? Maldito egoísta.
¿En qué estabas pensando? 
Yo te quería dejar con mamá, en paz. Yo era el problema, ¡Yo, yo, yo! ¡No tú! 
¿Ahora cómo demonios he de seguir? 
Tú eras más fuerte que yo. Siempre lo has s... Siempre lo fuiste. 
¡Hasta para la muerte! 
Y ese árbol...
Me encantaba, y las flores que retoñaban a mediados de Mayo. 
Ahora le veo como un asesino, aunque, ¿Realmente fue un asesino, o fue sólo mi hermano el sádico?
Me pregunto si lo hizo a propósito para dejarme con la culpa, pues ha sido mi culpa. ¿Qué diría mamá?


Me pregunto también cuánto tiempo duró mi hermano en morir, pues, he leído que quienes mueren ahorcados, tardan de 2 a 3 minutos. Y ha sido demasiado.
Me pregunto si habrás pensado en mí...



Mi madre no ha parado de gritar la pobre, y no logro entender, pues quien debía suicidarse habría sido yo.
...
Yo colgué esa soga para mí, no para él.

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