Ir al contenido principal

Todo está bien, cuidado.

Señor, ¿Tiene un minuto?

No voy a gritar, y tranquilo, mis muñecas ya están vendadas.

Sólo quería pedir disculpas por las confusiones que han habido.
Eso de los culpables y las heridas y no sé qué cosas...

Lo libro de culpa, al igual que a usted, creo que a muchos más.
Yo he sido la culpable de todo.

Yo he sonreído mal, y los he confundido.
Yo les he dado la confianza para que jueguen conmigo
y cuando me apuñalaron, no fue porque usted ha sido el malo, quizás fue que ha sido demasiado despistado y se le ha olvidado avisarme que estaba jugando, y que yo debía correr, o esconderme.

Hey... No los culpo,
a nadie, de verdad.
¡Que tonta fui por creer que ustedes eran los malos! Si yo misma les he dado el puñal, y sólo yo les he permitido que se acerquen a mí!
Sólo yo.
Una y otra vez.

¿Acaso alguien me dijo que les diera mi confianza?
No, no a primera instancia.
Y, ¿Acaso no era yo quien debía estar atenta ante cualquier situación de peligro hacia mi ser por permitir que alguien estuviera tan cerca de mí?

He sido yo, pues...
 ¿Quién me dijo que les diera el poder de destruirme?
...
Absolutamente todo lo he ocasionado por mí misma.

Era una ingenuidad que no tenía idea... No tenía idea de quién era usted, no lo aceptaba como tal.
Era la misma ingenuidad que no me permitió asimilar que no conocía a quien le dí mi alma.
La misma ingenuidad que me hizo creer que fue su culpa, que yo era víctima, que mis ángeles me abandonaron, cuando yo fui quien los imaginé conmigo.

Por eso lo libro de culpa. Al fin y al cabo, ¿Qué puede estar mal en usted?
...
No, nada. Usted simplemente es usted, y solamente está siempre siendo usted.
Porque sino, ¿quién más sería? ¿dolor, acaso, para mí?
No, señor...
Usted piensa, usted decide, usted hace. Eso no lo hace nada más que ser usted mismo.

Así que le repito, tranquilo, señor. Todo se ha solucionado.

En mi cabeza, todo salió perfecto,
en mi cabeza nada sucedió, ni usted, ni yo... realmente nadie, nadie falló,
le juro,
en mi cabeza ella no está
en mi cabeza no recuerdo que me dejaron sin alma
en mi cabeza nadie me abandonó
en mi cabeza nadie me juzgó por sus propios errores
en mi cabeza todo está bien...

Esto es nuevo.

Tomo mi ingenuidad ahora con responsabilidad. Ahora no sólo es una burbuja, sino una gran muralla.
Decido crear mi mundo de ingenuidad incesante. ¿Quién me lo va a quitar?
...
¿Que estoy sangrando? ¿Y qué?
Es divertido ver a personas resbalarse con el desastre que mi herida ha causado.
Lo que queda en mi cuerpo, se los puedo regalar, no tengo problema.

¡Todo está bien!

pasen adelante, mi ingenuidad les espera.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Play.

¿A qué juegas? Pajaros vuelan por mi ventana y sólo conjuran mi muerte. ¿Los pueden oír cantar? Me estoy envenenando entre cada carcajada, y mis lágrimas se acumulan en la comisura medial. No puedo ver. ¿Me guías? ¿A qué juegas? Vida... ¿A qué juegas? Tómame por la cintura y bailemos a la melodía del infierno... lento, despacio. Navega mi piel y limpia todos mis pecados. ¿Podrías tomar mi mano y tallar mi muñeca con tu sangre? Puedes quemarme. Ahora, ¿Sabes a qué juego? ¿Me conoces? Juguemos a que cada quien jugará algo distinto, pero al mismo tiempo. Muérdeme, y te quemo. Tállame y te acaricio. Limpia mi piel, pero no me salves. Yo limpiaré tus venas, pero contaminaré tu alma. Es una advertencia. Me gusta hacerles saber a mis víctimas lo que se les viene; sobre todo porque jamás me creen, hasta que lo sienten. ¿A qué juegas? Navega mi piel y limpia todos mis pecados. Puedes quemarme. Yo limpiaré tus venas, pero contaminaré tu alma.

Compañía.

Ya que sólo nos hacemos compañía con un cigarrillo en mano, hablemos de nicotina Acepto intercambio de sabores sólo bésame la boca y explícame los tipos y dime cuál es mejor y a mitad de aquel largo beso, inhala nicotina y exhala deseo en mi y puedes mirarme a los ojos cuando te alejes y puedes simplemente tirar el cigarrillo, y tomarme de la mano. Entonces podríamos hacernos compañía sin el cigarrillo en mano y entonces podríamos estar juntos algún día y compartir un café.

Mi hogar.

El mundo está loco, pero, ¿Y eso qué importa? Estás conmigo. Y es que no es el mundo lo que importa, y es que, no es el que te ame lo que importa, no es el que me ames lo que importa. El mundo está loco, pero, ¿Y eso qué importa? Estás conmigo. Es una sola idea, y es la de rasgar al planeta. Vamos, vamos, volemos, desgarremos al universo y dejemos de ser parte del cosmos. Hagamos colisionar todas las galaxias, y así, que se consuman, y que se expandan, y que de pronto, nos perdamos. Nos perdemos porque ahora todo es más, y es demasiado. Pero, qué importa, estoy contigo. ¿Crees que es para tenerte todo ésto? Para nada, me entrego a ti, como todo lo que somos. Ven, colisionemos, y seamos más. Somos nosotros, y nada basta. Somos suficiente con nosotros, pero, por fuera, nada basta, porque el mundo está loco, y nosotros simplemente enloquecemos. No te conozco, y no me conoces, pero, aún así, puedo entregarte una taza vacía, y sabes que está llena. Y puedes darme un cubo, y sé qu...