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Mostrando entradas de abril, 2015

¡Bum!

¿Tienes idea de qué tan cerca estás del abismo? Estás a la orilla vamos da un paso en falso de la manera correcta y cae y cae... Tan ebrios que perdemos la noción de humanos perdemos todo y nos queda la memoria vacía la conciencia no paga factura la vida la sientes a medias o desbordando el vaso tan, pero tan ebrios... Que sólo pensamos en hablar, aunque no se nos entienda un carajo.  ¿Tienen idea de qué tan cerca nos queda el abismo?  ¡Somos cataclismos andantes con cuerdas vocales y espíritus volcánicos! Estás a la orilla vamos da un paso en falso de la manera correcta y conten la respiración y deja volar y deja caer y quédate allí y entiérrate y húndete y desvanece, por favor... Listo, ya no estás.  ¡BUM! *Despierta, y respira*  -¿Dónde estabas?   - Por ahí... borracho. 

Que no.

Que no y que no estoy y que no existo. Nacimos muertos con la única esperanza de morir intacta sabiendo que sólo vemos luz esperando que en algún momento la luz se ausente y con ella, lo que llevemos dentro si acaso sentimos si acaso llegamos a sentir algo cuando podíamos percibir la luz. Mientras, yo voy cayendo, lentamente sostenida por globos hundida por mi cabeza sobreviviendo con mis pulmones  que al parecer aún funcionan -O algo así- Que no y que no estoy y que no existo -me digo- mientras respiro mientras me siento a pensar mientras escribo mientras me doy contra las paredes. Que no y que no estoy y que no existo -Me hago creer- Y hago la prueba, dándole punzadas a mi piel haciendo grietas superficiales dándome dolor algo qué sentir. Que no y que no estoy y que no existo y que no siento y que no vuelo y que no respiro y que no... No. -Termino diciéndome antes de dormir-

Y ya.

A cada parpadeo mi alma va en descenso... Y respiro con dificultad Y escribo ya por inercia, porque no logro ver nada. Mis ventanas están empañadas de pesadillas que ya no recuerdo y mi pasado se está desvaneciendo y ya no sé quién fui y ya no sé quién soy y ya no sé quién no quiero ser y ya no respiro por placer y ya no vivo por vivir y ya no me queda qué decir y ya... A cada parpadeo mi alma va en descenso... Y respiro con dificultad y escribo ya por inercia, porque no logro ver nada.
Cuando esté desvestida...  bésame dulce, y prudente, como si estuviese vestida.  Y cuando esté vestida...     Desvísteme.
Háblame borracho, sin amor... Te espero. Bríndame una copa de vino Y por último.. quítame la ropa, aunque tenga frío.

Los necesito.

No me quedan fuerzas ¿Me quedan? ¿Me quedo? Me quiebro... una y otra vez, hasta que mis piezas cobran vida, y entonces soy otro. Soy otro, soy otro ser. ¿Me quedo? Dime si vas a correr, para hacer lo mismo, en dirección opuesta. ¿Y qué sucede si mis sueños me consumen y no quiero ésta realidad, y no quiero nada más? Soledad, ven a consumirme, que tengo problemas para enfrentar tanto disturbio. Pero no me muerdas, que me despedazas, y no puedo seguir sin doler. Devastación, abrázame tan fuerte como te sea posible, y no me sueltes aunque te lo implore. Cae sobre mi, y ahógame como siempre lo haces. Mis pulmones exhalan la aflicción vestida de gris. Soledad, tómame por el alma, y sacúdeme. Hoy necesito escuchar tu voz con dulzura. ¿Quién me acompañará? ¿La destrucción o el sosiego? Lo que llegue primero.

Lo fuimos todo.

Éramos vientos que soplaban en contra de sí. Tú eras caliente, y yo era frío. Y así era como el torbellino nos llevaba. Éramos dos niños que jugaban a retorcer los cuentos. Así que éramos un inicio feliz, y con distintos finales fatales. Éramos la cuerda floja. Y la relación caminaba sola, con temor y egocentrismo. Con amor y masoquismo. Éramos rocas de río que finalizaron en un mar. En la relación fuimos una rosa. Yo fui la espina, y tú, el tallo en sí. La belleza era el silencio, cuando hablábamos a besos. Fui más acciones de peligro, que de bonanza. Y así fue como tú me quisiste. Y fuiste más acciones de esperanza que de vértigo. Y así, por completo, te quise. Éramos todo. Éramos un viernes de malas ganas, y un lunes de buenos besos. Éramos...