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¿A qué juegas?
Pajaros vuelan por mi ventana y sólo conjuran mi muerte.
¿Los pueden oír cantar?
Me estoy envenenando entre cada carcajada, y mis lágrimas se acumulan en la comisura medial.
No puedo ver.
¿Me guías?
¿A qué juegas?
Vida... ¿A qué juegas?
Tómame por la cintura y bailemos a la melodía del infierno... lento, despacio.
Navega mi piel y limpia todos mis pecados.
¿Podrías tomar mi mano y tallar mi muñeca con tu sangre?
Puedes quemarme.

Ahora, ¿Sabes a qué juego? ¿Me conoces?
Juguemos a que cada quien jugará algo distinto, pero al mismo tiempo.
Muérdeme, y te quemo.
Tállame y te acaricio.
Limpia mi piel, pero no me salves.
Yo limpiaré tus venas, pero contaminaré tu alma.
Es una advertencia. Me gusta hacerles saber a mis víctimas lo que se les viene; sobre todo porque jamás me creen, hasta que lo sienten.


¿A qué juegas?
Navega mi piel y limpia todos mis pecados.
Puedes quemarme. Yo limpiaré tus venas, pero contaminaré tu alma.

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