Todo se ha ido desmoronando. El temor de quedar atrapada en tan hermoso país, con tan terrible situación. Porque, coño, no es sólo que me gusta mi país, es que es lo que quiero ahora mismo. ¡Aquí crecí, carajo, y es el país que deseo ver crecer también, y lo estoy perdiendo! No es que yo desee irme porque quiera indagar y conocer más, es que la situación me dice que no estoy haciendo nada, cuando realmente estoy laborando y estudiando. ¡Y se supone que es lo que uno hace para ir surgiendo! Y luego, si se desea, ir afuera. Pero no. A nosotros nos están corriendo... Acá soy nadie, y afuera he de ser menos. ¿Qué quedará de los venezolanos? ¿Qué para ellos? Nosotros. No hay presente satisfactorio, y no sabemos dónde se encuentra nuestro futuro. Ya no sabemos en quién o en qué confiar. Ya no queremos creer, pero vivimos el día a día queriendo algún milagro. Sin embargo; si ocurre, estoy segura que desconfiaremos igual, porque ya han habido simulacros... Y es que nos ha
Ambivalente. [Human high entropy.]