La felicidad de los miserables.

¿Que si he pagado todas mis emociones ambivalentes con mi cabello? La respuesta es que, probablemente sí, es decir, sí. Pero, ¿Qué mejor cambio que aquél físico? Es decir, si nos sentimos un desastre, ¿Qué mejor forma de sentirte bien si no es demostrando todo lo que eres? ¡Que se salga el desastre por los poros! Ya sin secretos. Llevar siempre contigo, un antibacterial, unas mentas, y un yesquero, y una caja de cigarrillos. Que tu cabello esté tan desarreglado como tu mente, pero con estilo. Nada de estar desaliñada, no, no. Siempre un desorden con sensualidad. Decir las verdades con descaro, porque ya no importa nada. Porque ya no tienes qué perder. Es decir, si nos sentimos un desastre, ¿Qué mejor forma de sentirte bien si no es demostrando todo lo que eres? ¡Que salga aquel cataclismo por los poros! Ya soy otra, soy diferente. No es que esté peor, aunque realmente no puedo decir bajo ninguna circunstancias que estoy mejor. Pero estoy diferente. Eso es algo. Es un cambi

Abran el telón, estoy lista... Siempre estoy lista para ser desgarrada en el escenario. Aunque, usualmente, ya estoy sangrando previo al show. Pero, mírenme... Mírate, cariño, estás realmente jodida. ¿Quieres algo más? ¿Un poco más de compasión? No, no tienes nada, ni tendrás nada. Quedarás estancada aquí, y al otro lado del mundo. Porque el grano de arena es el mismo grano de arena dentro del oceano, como fuera de él. Y tú serás la misma, aquí, o al otro lado del mundo. Pero nadie esperará a que, quizás, encuentres tu paz mental en algún lugar del mundo, en algún momento de la vida. ¿Te sientes jodida? Ésto apenas inicia, querida. ¿Quieres cerrar los ojos y que, de pronto, tu nuevo perfume sea formol? A nadie le importa. Puedes irte, y volver, y tirarte de un edificio, o ahogarte con tus 3 Runner, incluso puedes simplemente darte una ducha con un cable bien conectado. A nadie le importa, querida, nadie te espera... ¿Para qué tanta lucha? ¿A quién esperas? Abran el tel

Está todo bien, no puedo siquiera respirar sin pensar en el momento en el cual moriré, pero todo está bien. ¿Saben? Creo que necesito un poco más de tiempo para olvidarlo todo. Pero creo que eso sería para siempre... Creo que no quiero volver. Pero es algo necesario. Es decir, no puedo esconderme de una ciudad. No puedo... Tengo que voltear la ciudad, tengo que colocar todo de patas hacia arriba, y luego sólo recoger lo que me importa. Pero, ¿Qué es lo que me importa? Mi pavor. Mi valentía... ¿Algún día la tuve? Tengo al peligro físico frente a mi y ni siquiera pestañeo, pero tengo al desgarre interno detrás, y me tiro al suelo, y me acurruco, como si alguien fuese a colocar una sábana encima de mí, y sólo pido que me pase alguna furgoneta por encima. Está todo bien, no puedo siquiera respirar sin pensar en el momento en el cual moriré, pero todo está bien. ¿Saben?

Sonrío mientras les envío algo de nicotina a las nubes. Observo cómo las nubes caminan conmigo, despacio... Se unen  unas con otras creando una densa capa y esconden el buen paisaje para derramar en mí las desgracias de la gente. Pero me encanta. ¡Como me encanta saltar y jugar en los charcos de hastío! Me trago las gotas del cielo e imagino que seré alguien nuevo con eso. No digo alguien mejor, o peor, sólo alguien diferente... Son desgracias, hastío, y algo de bendición aquellas gotas que recaen  en mi rostro, cabeza, en el techo, en la tierra o en la carretera. Observo de lejos cómo los faros destellan un poco más de lo usual. Y mientras... Sonrío mientras les envío algo de nicotina a las nubes, hasta que finalmente llego al filtro, o en su defecto, el hastío -o esas bendiciones- apagan mi cigarrillo.

Entraré a la habitación, te observaré hasta que te pierdas en mi, conmigo... mi mirada encierra. Entraré a la habitación, cortaré tus alas, y me iré. Tus hermosas alas, las haré añicos, y haré un porro con ellas. Y así es como te perderás conmigo, y yo me iré fumándome tus alas. Y así es como te dejaré pisando tierra, sin ganas de siquiera mirar al cielo. Y así es como, luego, verás a un ángel, y lo asesinarás por desesperación. Le quitarás sus alas, y las coserás a ti. Queriendo volar como antes, igual que siempre, pero no podrás. Recuerda que quedaste perdido... Y así es como, luego de conocerme, quedarás con alas ajenas, con las manos manchadas, volando sin equilibrio. ¿La razón de ello? Es que, en mi partida, inyecto dentro de tus entrañas, un pedacito de mi alma.

Estoy tan cansada de hacerme ilusiones. De esperar que suceda lo que sé que no sucederá, y de colocar mi felicidad en ese barco que sé que no zarpará... ¡Demonios! Estoy tan exhausta.  Mis pupilas lo saben, Están dilatadas, y mi cornea rojiza, y no he fumado hierba.  A cada pestañeo gotas a montones en nombre de mi infelicidad.  Felicidad contigo, lejos, tan lejos.  aléjate. aléjate. Es un vacío, un patetismo que habita en mi... Son todas esas ideas pesimistas que me hacen querer largarme de ti. "Como sea" No, no es tu culpa. Es mi culpa.  Que extraño que siempre sea mi culpa. ¿No? "meh, como sea..." Creo que una de las venas reventó, y mi corazón ya no funciona bien.  Ahora no respiro bien, ni pienso bien, no está llegando suficiente oxigeno a mi cerebro.  Como sea. Idiota, te quiero... Es mi culpa. Pero no. Porque no sé, y así no puedo. 

Pretendo estar más que segura, cuando en realidad no sé qué demonios haré cuando vuelva. Finjo una valentía, ocultando mi temor de perderlo todo. ¡No estoy siendo decidida, o firme, simplemente estoy tomando el camino más fácil! Y me dejo guiar ante lo que me parezca una batalla ganada, segura. Es que ya no sé de qué manera sanar mis heridas, es que ya no sé de qué manera fingir que no las poseo. Y estaré en la cuerda floja, porque no quiero más cicatrices. Aunque quiera que todo el mundo me tema, en realidad temo quedar totalmente sola. Y es que no puedo conmigo misma. Yo soy demasiada, o quizás es que soy muy poca carga. Soy tan poco, que sola no haría absolutamente nada... Pretendo estar más que segura, cuando en realidad no sé qué demonios haré cuando vuelva. Finjo una valentía, ocultando mi temor de perderlo todo. Así que posiblemente los quiera más por ustedes que por mi. Así que como no sé a dónde huir, prefiero regresar... ¿Acaso estoy huyendo, ahora, de lo que podr